jueves, 18 de junio de 2009


¿Por qué me duele tanto este dialogar conmigo misma

y darme cuenta que una de las dos miente?

¿Pero cuál? ¿La de la razón, la del pánico?

¿La vida se me escapa o me escapo de la vida?

Me da miedo morir tanto como vivir

¿Por qué mi cuerpo acata a la de la locura?

Mi corazón galopa y se dispara,

la de la razón no atina.

Tan empecinada en juzgarme insuficiente

¡Suficiente!

este sentirme indigna de tanta maravilla que no me deja ser

¡feliz!

esta boca seca que se llena de palabras que no salen

que se estancan por la garganta

que me ahogan de silencio y de pensamiento

este no poder vivir sin ser conciente de lo efímero de mí.

Arcada tras arcada camino hacia la noche

noche baja, densa, espesa de autos que no paran

luces rojas que se van, blancas que se vienen encima

la humedad en el asfalto lame mis pasos

se los quiere tragar, hundirme

lamida de cemento, no de cachorro

¡Inocente!

este querer reunirme hacia mi centro

este intentar no desdoblarme, fragmentarme y reflejarme

al revés

espejo de la que no soy

ESTE SER ATRIL QUERIENDO SER MUSICA

este ser tallo queriendo ser flor

aguijón que crece hacia adentro

envenena la miel de mi esperanza

amenaza sacrificarme, entrada al atrio

salida ventricular,

ventrílocuo de lo que callo hacia afuera

hacia las que no soy, lo que no existe

la del ir y venir de mí hacia mi misma,

la de la montaña, la del mar, ram, mar, ram, mar...

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