lunes, 29 de junio de 2009

Para Gino, a quién hubiera querido conocer...

Gastadas las suelas de tanto volar
los cordones de tu alma se desataron,
seis dulces huellas tu vida escoltaron
seis tristes ojos te miran zarpar.

Insostenible horma detiene tu andar
de este mundo verde tus pasos pasaron,
en cuanto en tu alma el talento notaron
te llaman, tu arte quieren contemplar.

No hay quién a las puertas no esté ya asomado,
para que le rindan celestes honores
Miguel los ejércitos ha organizado.

Ofrece su rostro Quien todo ha creado,
le tiende blanquísima mano la Madre
y el Niño sonríe al zapatero alado.

1 comentario:

  1. Hacia mucho que no leia algo tan dulce y tan lindo, que orgulloso estara Gino!!!!

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